tras el humo, fuego

humo, y tras el humo fuego, y tras el fuego, un apestoso pedo cerillero.

simplismo

El '''simplismo''' es una corriente filosófica nacida en España a finales del s. XX. El simplismo cuenta principalmente con una escuela de pensamiento, la ''Escuela de Almería'', que nació como un fenómeno de tipo psicológico y filosófico muy enraizado en el humor, la ironía y, claro está, el simplismo propiamente dicho.

El Simplismo defiende el pensamiento de que todas las personas poseen una esencia simple debajo de toda la edificación de complejidad que las envuelve, teoría que muchos filósofos contemporáneos no han tardado en criticar por su analogía con las tesis neocartesianas y freudianas.

A diferencia de otros movimientos anteriores y coetáneos, el Simplismo es, como su denominación indica, bastante simple. Por ello son escasas y difíciles de encontrar todas sus manifestaciones escritas o artísticas, y es en el marco del comportamiento de las personas e interacción entre ellas en la vida social donde más fácilmente se pueden percibir.

No obstante, esa es la cara más compleja del Simplismo. Existen unos pilares o axiomas que permiten entenderlo en su esencia y ayudan a comprenderlo en sus manifestaciones más complejas, y de los que se hará mención en el siguiente párrafo. No obstante, es necesario saber que las manifestaciones simplistas más complejas que se pueden encontrar en el marco social son realmente simples por lo que en última instancia son simples, ya que de ser complejas el Simplismo tendría aspectos complejos y dejaría de sostenerse en lo simple, por lo que no tendria sentido su existencia.

El axioma principal del Simplismo es el siguiente: "Todo es simple". A partir de ahí, el simplismo propugna la importancia tanto conceptual y psicológica como humorística de los conceptos y entes esencialmente "simples". La más básica manifestación simplista se encuentra pues en las palabras, por ejemplo: "bola", "animal", "satánico", "tráiler", "infernal", "motosierra", "brutal", "piedra", "misil", "tanque", "losco" o formas compuestas como "tanque a reacción", "comida sangrienta" o "pedrolo animal".

También es conocido el empleo de algunos términos anglosajones que demuestran el vanguardismo e interculturalidad del fenómeno. Algunos de estos términos son, por ejemplo: "booster", "destroyer", "subwoofer" o el sufijo "tronic". Hallamos asimismo cultismos simplistas, esto es, formas compuestas que demuestran el dinamismo simplista, tales como: "turbo-booster", "mega-tronic" o "multi-destroyer". La heterogeneidad idiomática en la forma compuesta "destroyer total" o los famosos estilos musicales "Brutal Death Americano (B.D.A.)" y "Gregorian Satanic Metal" son exponentes indiscutibles de la interdisciplinariedad y permeabilidad del simplismo.

Estos conceptos -y sus implicaciones y derivaciones humorísticas- evocan no tanto la violencia que parecen reflejar sino una simpleza conceptual y básica que según los simplistas está detrás de la mayoría de las construcciones intelectuales del ser humano, incluidos el arte, la filosofía o la ciencia.

Así pues, la esencialidad de lo simple enraíza directamente con los principios más básicos del arte y el humor. Pero aparte de su importancia como "ladrillos básicos" del pensamiento humano, los pensamientos simples o "simplismos" poseen un efecto evocador y catártico muy beneficioso, según los simplistas, para cuerpo y alma. Suele provocar un descojone desinhibido y absolutamente incontrolable, que aparte de que mola mogollón, libera cuerpo y mente, a los que somete a una renovadora catarsis.

En definitiva, la aplicación del simplismo en la vida diaria no solo hace ver el mundo de diferente forma, de una manera más directa, clara y fundamental, sino que también beneficia al ser humano y contribuye a su plenitud moral y espiritual. Entronca así con las corrientes filosóficas orientales como el islamismo o el budismo, que pretenden no sólo aportar al ser humano conocimiento, sino también bienestar.

Los mayores exponentes de la escuela simplista de pensamiento de Almería son Ignacio Sola (ingeniero, Alicante, 1978) y Miguel Marqués (traductor, Sevilla, 1978). Acólitos y representantes de la fusión del simplismo con el surrealismo son Marco Antonio García, (periodista y escritor, Almería, 1976) y su hermano Miguel (Almería, 1980). Francisco Díaz Pardo (ingeniero y político en ciernes, Orihuela, 1976) hace una interesante revisión de simplismo, política, y economía de actualidad. Por su parte, Carlos Marqués (Almería, 1983) y Pablo García (Almería, año 19XX), representan las jóvenes generaciones del simplismo más puntero y vanguardista.

amurallada

tras su ropa de marca, planchada y sin mácula, tras el velo de misterio, suspiros y reojos, tras el gesto impostado y el aire de otra cosa, tras el guante, tras la voz rasgada por los años... tras el verbo mal conjugado, tras la rima de sus besos, tras lo cursi de su acento... hay, sin duda, algo incierto.

y tres

a la de tres ella dijo "ahora", se cogieron de la mano y saltaron por la ventana. abajo sólo había confusión y una vieja comiendo pipas.

el espejo sin reflejo

solía mirar por la ventana en busca de miradas perdidas. me asomaba como un vulgar ladrón y, ansioso, provocaba el encuentro con aquellos desconocidos que pasaban por delante de mi casa. concentraba la mirada en ellos hasta casi sentir dolor hasta que uno, sin saber muy bien por qué, giraba la cabeza y cruzaba sus ojos con los míos. era un segundo, quizá menos, pero ya no me sentía solo. una dosis al día era suficiente, al menos durante los primeros meses. luego fue a peor.

la consciencia de ser individuos es la prueba más insoportable de que 'somos' solos. la mirada de los otros, el oxígeno que nos da vida y nos la quita. el espejo, la metadona cómplice que nos hace compañía.

kambios

cuando parece que estás quieto, que sólo lo que hay a tu alrededor cambia... te sale una cana en la barba para demostrarte que el tiempo no se olvida de ti.

septiembre

y con altibajos de yonqui en las últimas llega septiembre. éste es sin duda el mes con más dudas. verano y otoño corren por sus venas y tanta indecisión no hace más que putearnos. si tuviera que dejarme convencer por alguna secta chunga sería por los Odiadores de Septiembre, con su famosa oración de iniciación "y en tu vientre pútrido descansa nuestro señor, jodido septiembre, oh, jodido septiembre". mes de exámenes fatídicos, de búsqueda de trabajo sin ganas, de cambios, de retornos, de fines y comienzos. puto septiembre.

... nunca pensé que diría esto pero... joder, ¡viva diciembre!

un día hace cuatro años

un día como este hace cuatro años cogí el teléfono para llamar a mis caseros. eran un matrimonio simpático, extrañamente relacionado con la poetisa que da nombre a mi instituto en Almería, Celia Viñas. al parecer habían sido amigos hasta que ésta murió. después ya no pudieron seguir siendo amigos, claro. la cuestión es que tan solo llevaba un mes en el piso, dos en Madrid, cuando surgió la posibilidad de cambiar a uno más barato con una compañera de trabajo y sus amigos de Oviedo. un piso para cinco, brutal, jejeje, muy cerca de donde yo vivía. la pega es que iba a perder 300 euros de fianza, pero allí no estaba bien, así es que opté por el cambio. así es que cogí el teléfono para contarles a mis futuros ex caseros que me iba, que les dejaba las llaves en la entrada y que adios. no estaban, dejé un mensaje en el contestador y me llamaron. vaya regañina, eso no se hace, y bla bla bla, pero vamos, que se quedaron con la fianza los listos y hasta ganaron dinero de más... maite, una amiga interáutica de getafe fue quien me ayudó con la mudanza. metimos todo en su coche y hala, a Churruca, el que sería mi hogar durante los siguientes tres años...

hoy hace cuatro años que me mudé a Churruca, cuatro años, vaya tela. Ja, Yami, Ablanedo, Diana y yo, y luego un porrón de gente, como Esme y Tania, con las que vivo ahora en mi actual choza. Y Churruca sigue adelante con más gente que llega a Madrid con ganas de prosperar, pasarlo bien y hacer amigos.

¡¡¡¡Felicidades a todos, churruqueros, porque hoy es nuestro cumple!!!!

flores pisadas, humo y todo está borroso

si dejas que las miradas ajenas te hagan sumiso, amolden tus ganas y emborronen lo que te queda por delante, probablemente algún día vengas y me pidas perdón. será en ese momento cuando estés realmente acabado.

el fin de una era

cuando me dispuse a terminar mi tercera década como animal pensante descendiente del mono darwiniano no pensé que el trámite final fuese tan tan tan tan chungo. primero te sube el colesterol, luego te sale barriga o, en mi caso, se acentúa la existente hasta hacerse perenne (da igual que adelgaces, sigue ahí), y lo último y más desagradable: el estómago se resiente de tantos años de malos tratos y cualquier cosa que comes tiene efectos puteantes inmediatos. ahora, apenas rozando la treintena, he de limitar mi alimentación a la ingesta de productos "sanos", inocuos para mi estómago pero del todo deprimentes. hoy tomé un culín de pacharán y ya me estoy arrepintiendo... arg.

áfrica

sol y sudor
ventilador
pensamient inacabad
viento y fuego
sombra
noche sin sueño
despertar sin pis
ya lo sudé todo
agua
agua
agua
agua
ya puedo sudar otra vez
soy feliz
...
ya no

conversaciones con un yogur natural desnatado

yo: sabes, amigo, hablar contigo es lo más parecido a charlar directamente con la Vida, así, con mayúsculas.
yogur natural desnatado (a partir de ahora YND): ¿sí, por qué?
yo: bueno, está claro, la Vida es como un yogur natural desnatado... lo pillas con muchas ganas, es amargo, se acaba demasiado pronto y si lo piensas, no está realmente bueno...
YND: ¿tratas de ofenderme?
yo: no hombre, no es que sea algo asqueroso, pero el sabor deja mucho que desear. no está dulce, tiene grumos y te deja un regusto agrio... cuando vas por la mitad ya estás pensando que deberías haber cogido el de fresa.
YND: a ver, la mayoría de gente le echa algo de azúcar...
yo: entonces, ¿por qué lo venden así si luego hay que echarle azúcar? ¿no sería más sencillo hacerlos todos azucarados?
YND: la verdad, no sé qué decir... tan sólo soy un yogur.
yo: ves como tengo razón, eres como la Vida... no tienes ni puta idea de nada.

al compás de tu sonrisa

¿a qué huelen las nubes? así empezaba un conocido anuncio de la tele que me dejó marcado para toda la vida. ¿estaré enfermo por plantearme a qué huelen las nubes, o lo estoy por dejar que un simple anuncio me deje secuelas? no lo sé, quizá por las dos cosas. lo que está claro es que estoy enfermo, muy enfermo, porque no puedo andar si no es siguiendo el compás de tu sonrisa.

soñadora

soñaba demasiado y lo sabía. y cada noche un sueño distinto, y vivo, de todo tipo, tristes, alegres, dulces, amargos, tan reales que al despertar me dejaban la boca con un regusto que no se iba en todo el día. salía a la calle con la sensación de haber despertado en otro sitio, siendo otra persona, porque algo no encajaba, y era el eco del sueño que todavía me rondaba, que me condicionaba y cambiaba mi vida durante unas horas hasta que alguien me hablaba y con un simple buenos días me terminaba de sacar de mi fantasía

un año sin un bar debajo

ayer fue un día especial. se cumplía un año desde que abandonamos nuestro piso anterior y con él el bar que bajo el suelo trataba de batir todos los récords de decibelios por centímetro cuadrado. hace un año respiramos aliviados cuando descubrimos que podíamos dormir, que era fácil dormir, que era posible dormir, que la cama no se movía al compás del último éxito de rafaella carrá, que el baño no tenía por qué oler a humo tabaquero invasor, que jamás volveríamos a escuchar una conversación entre borrachos, entre novios enfadados o entre los tíos esos que limpian las calles con mangueras... snif. además este cambio nos hizo ver la luz, porque resultó que en el nuevo piso no es necesario tener las luces de toda la casa encendidas para evitar tropezarse con algo o alguien, porque hay luz del sol, gratis, que entra por las ventanas.

ayer cumplimos un año en luchana. feliz cumpleaños a todos los luchaneros.

otra vez sin curro

matrix vuelve a petar. ya les dije que pusieran más ram y una tarjeta de video de las caras, que si no se cuelga. pues bien, no me hicieron caso y volvió a fallar. ¿y ahora qué? pues nada, como siempre, a buscar curro de nuevo... como dice la tradición.

más abajo todavía

ahora sé cómo se sintió bastian baltasar bax cuando abrió por primera vez aquel libro que todos recordamos, de vieja encuadernación y con dos serpientes cruzadas en la portada... ahora sé qué escalofrío sintió harry potter cuando su primer hechizo salió de su mente y se hizo realidad... ahora sé cómo cajaro flipó el puto paul macartney cuando sólo ante su público tocó por primera vez la vieja yesterday... tíos, en serio, LO SÉ, porque si entras en el corte inglés de la puerta de sol y bajas al supermercado... y ¡sigues bajando, más abajo todavía! por otra escalera mecánica semioculta, llegas al parking y ALLÍ MISMO, entre los coches y seguratas hay una jodida ¡¡oficina de correos!! con sus trabajadores, clientes, sobres, sellos y demás parafernalia epistolar. tíos, hablo en serio, no es broma, es la pura realidad y os pido por favor que os atreváis a bajar y verlo con vuestros propios ojos, y si tenéis un corte inglés cerca, intentadlo, quizá encontréis una oficina parecida a la que yo vi hoy, o quizá otros establecimientos aleatorios sin sentido, como ¡¡un puesto de la once o la consulta de un foniatra!! ¡¡¡quién sabe!!! probad, yo sigo en mi nube de emoción descontrolada pero cuando me recupere iré corte inglés por corte inglés a ver con qué me sorprende esta vez.

desblogado

como habréis visto, he estado desblogado durante las últimas semanas. demasiados cambios que aún no he podido asimilar y que supongo serán fuente de engorde de este superlapomental 101. por lo pronto he sacado energías para reflexionar sobre este vacío creativo. espero que no se me haya quedado todo dentro en forma de tumor cerebral. en cuanto empiece a doler seguro que mis dedos vuelven a sudar lapos sin cesar, como debe ser. por otra parte quiero hacer una pequeña mención al mes en el que entramos: es agosto. bien. y ahora, si no os importa, me voy a soplar el suelo del salón. acabo de fregarlo, no se seca y quiero sentarme a ver la tele. ahora comprendo por qué la gente lee tan poco y escribe menos; es por la tele y por la letra tan chica que tienen los libros de bolsillo. sobre lo primero: tu mente se pone en consonancia mística con los rayos catódicos, enlentece su ritmo a la vez que lo sincroniza totalmente con la parrilla de programación (en abierto) y con los gurús televisivos; últimamente incluso noto que mi respiración se acompasa perfectamente con la de el tío canoso del programa matinal sobre salud, en buenas manos, o en buena no sé qué. es algo casi místico. sobre lo segundo: soy económicamente deficiente, y no soy el único. esto se refleja en mis hábitos de ocio. mientras que unos se van a un concierto yo me lo bajo de internet, mientras que otros van al cine, yo me lo bajo de internet, mientras que unos practican sexo con su pareja... la cuestión es que el sueldo no da para mucho y si tenemos que comprar un libro lo buscamos en la edición de bolsillo. esto significa que, por poner un ejemplo, si queremos leer "Los pilares de la tierra" y no gastarnos más de 9 euros hemos de hacer una inversión previa de pongamos 150 euros en un microscopio decente que nos permita leer la letra, momento en el que nos damos cuenta de que tampoco podemos recurrir a ese tipo de ediciones, no si queremos seguir viviendo con la capacidad de visión más o menos intacta y con esos 150 euros en la buchaca. esto nos lleva a... ah, sí, nos lleva a dejar la lectura como hábito y convertirlo así en un divertimento puntual de lujo y a caer sin remedio en el pozo sin fondo de la televisión, a ser posible de mala calidad, de esa que te seca el cerebro hasta tal punto que hasta te parece lógico soplar el suelo del salón para que se seque en lugar de abrir la puta ventana y que corra el aire...

pin pan pun

7 de julio, día D, pin pan pun

día D la bomba de Londres
día D San Fermín
día D despidos laborales, entre ellos, el mío y el de otros 139 compañeros
día D ir al concierto de Jorge Drexler; un genio

7 de julio, pin pan pun

añade tus momentos raro-malos-chugos-regulares-buenos en tu 7 de julio, día D fastos y nefastos, pin pan pun

3.432

susana tenía pecas por todo el cuerpo, pequeñas pecas, miles, desperdigadas sin orden, sin criterio, como cielo estrellado, pero menos cursi. y cuando intentaba contarlas siempre acababa perdida, diez, once, porque eran tantas, cincuenta, cien, que no era posible dejar de caer en el error. y lloraba, la muy tonta, porque no sabía cuántas pecas tenía.

así pasaron los años hasta que susana fue mayor y dio con la solución: un boli y javier, que pacientemente marcó peca a peca hasta contar todas y cada una, sin excepción.

susana fue feliz.

al oído

al oído le dijo algo aquella mujerona de rulos y olor a aceite frito que lo dejó pensando durante horas, sentado donde solía, frente al parque, junto a la fuente sin agua, bajo el cielo sin nubes, sobre un banco aburrido de tan quieto. y al irse el sol y vaciarse el parque, y quedar solo, bajo el cielo sin estrellas, el hombre que pensaba se levantó y siguió el olor del aceite frito hasta la casa del final de la calle.

cuerdas viejas, dedos rotos

entramos cogidos de la mano pero pronto hubimos de separarnos, tanta era la gente que allí había. sonaba flamenco en directo, no sabía si grabado o en vivo. pronto lo sabría. ella me hizo una seña, había encontrado a nuestros amigos, al fondo a la derecha. yo aproveché para acercarme a la barra y pedir lo de siempre para ella, y mi agua. era en vivo. desde allí se podía ver un minúsculo escenario al fondo, cerca de donde mis amigos, con un par de gitanos, más bien payos agitanados, de pie el cantaor, sentado el de la guitarra. me sirvieron y empecé a beber. la música me retuvo en la barra, aunque no sólo la música. no tenía ganas de acercame donde mis amigos, quizán también necesitaba estar lejos de ella, un rato, sólo un rato. tomar aire, mi agua, escuchar la música y decidir si aquella sería la última noche con ella. la miré, ella no, se acabó el agua. pedí otra.

corríamos

corríamos de un lado para otro sin mirar atrás, todo nos daba lo mismo, siempre buscando una esquina para girar y empezar de nuevo. eso fue hace tanto que a veces pienso que me lo inventé, que no fue así como pasó y que soy más triste de lo que creía.

un día dejamos de correr, no sé bien cuándo, y todo se volvió lento, espeso y monótono, más enfocado, quizá, pero insoportablemente lento. el gris ensució al resto de colores, las voces bajaron unos tonos y necesitamos de las palabras para decir lo que antes salía con un simple gesto.

y dejamos de correr para andar y pronto, muy pronto, nos detendremos.

a dos pasos

a dos pasos de mi casa vive una vieja que huele a lavanda y a naftalina, y a veces a pis, pero eso no hay que tenerlo en cuenta, que con el pasar de los años la cabeza se va y ya no somos lo que éramos. está mi casa, luego la tienda de don javier y luego la de la vieja. es blanca de cal, y la puerta, más vieja que ella, cruje con solo mirarla, como la vieja. mi abuela me contaba que, siendo joven, la vieja era la alegría del barrio, siempre de fiesta, sin maldad ni veneno. pero un día todo cambió. llegó el americano y la volvió loca, se la llevó de casa y normal, el dinero, la novedad, y luego la mala suerte. una historia triste que nadie conoce del todo aunque todos saben algo. y luego de vuelta al barrio, a su casa, la que era de sus padres, a remendar trapos, hacer cortinas y dar consejos. aurora se llama y ya no habla con nadie.

me contaron

y luego me dijeron que los vieron cogidos de la mano por el parque, ya de noche, y que se miraban como se miran los que todavía no saben que están enamorados, con una mezcla de vergüenza, deseo y miedo. así fue, me dijeron. luego él la dejó en su casa y ya nunca más se supo.

el hombre perfecto

escuchaba a Bach, escribía poemas sobre mis ojos y lloraba cuando moría la madre de bambi;

en la cama era un ángel vengador y un demonio misericordioso, y por la mañana exprimía naranjas para mí;

leía y me hacía leer y un día me dijo que me quería con su voz suave y yo le creí.

alergia tecnológica

el despertador salta con la radio a toda caña, una emisora fascistoide se cuela en mis oídos y me saca de mi profundo sueño. miro la hora, marca las diez, entro a trabajar a las ocho. calculo lo más rápido que me dejan las neuronas: efectivamente, llego tarde tarde al trabajo. puto despertador. me arrastro medio vestido a la cocina. enciendo la cafetera, la tostadora y la luz. falso. la luz no se enciende. ha muerto la bombilla, viva la bombilla. meto el pan y el café en sus respectivos cubículos preparados para la comodidad del usuario doméstico. espero. pienso en ella, en sus ojos llenos de amor, en mi jefe, en sus ojos llenos de odio. el pan está listo, el café también. tostada quemada con café extrañamente aceitoso. la tostadora se apaga sola, y no es porque sea así, no, ha muerto en solidaridad con la bombilla. la cafetera aguanta. vuelvo a mi habitación para ver el correo. el pc se enciende. una vez, dos veces, tres veces. a la cuerta arranca del todo a prueba de errores, luego bien. llego tarde al trabajo, demasiado. mensaje. mi jefe, que dónde estoy y que si no bla bla bla. me termino de vestir. pongo la tele, me gusta oírla mientras me afeito. suena wuiii, wuaaa, clac clac, puf. el "clac, clac, puf" es definitivo. la pantalla tiene un extraño punto luminoso en el centro que se va yendo. me recuerda a hal 9000. me voy al baño y cojo la máquina de afeitar. la enchufo, me la acerco a la cara. entonces es cuando mi neurona central hace algo de provecho y da la orden de alejar la máquina de mi cara y ponerla dentro del horno...

me asomo a la ventana por si hoy tocaba fin del mundo. no, por lo visto sólo es en mi casa.

el hombre del banco

esperaba encontrarlo allí, sentando en el banco. así es que cuando salí por la puerta y no lo vi, me detuve, sorprendida, miré a mi alrededor, al otro banco, al paseo, al kiosko de prensa, al ultramarinos, a la puerta de mi casa, al cielo y casi miro dentro de mi bolso. el hombre del banco no estaba allí. no estaba en el banco. no estaba. no podía moverme y cuando pude sólo hice el esfuerzo de llegar al banco y sentarme allí donde él solía.

esperé sin pensar y al poco miré donde él miraba, descansé la espalda contra la madera hecha a la suya, apoyé las manos donde él las ponía mientras observaba todo lo que pasaba a su alrededor. fui él durante unos segundos y por unos segundos entendí por qué el hombre del banco ya no estaba allí.

el verdugo

hijo de verdugo, nieto de verdugo... el verdugo cumple con su trabajo como quien respira. no entiende la vida de otra manera.


cuando llega el día de la ejecución, como es el día de hoy, lleva a cabo todo un ritual. la noche antes del día elegido, el verdugo plancha la ropa que usará en tan importante momento, se relaja con un baño de más de una hora y cena algo ligero, una ensalada, un poco de queso. se acuesta temprano pensando en el proceso, en cada uno de los detalles, en cada paso que dará para hacer bien su trabajo. al despertar, una ducha y una manzana. se viste con calma y tras mirarse al espejo durante unos segundos, sale de casa camino de la cárcel. en cinco minutos está allí.

así siempre.

esta mañana, el funcionario le ha acompañado a la sala y allí han comprobado juntos todo el material necesario. la silla, las correas, el sistema eléctrico, la capucha del preso... todo tiene que estar en perfecto estado. nada puede fallar. luego espera.


a la hora estipulada, juez, funcionarios y testigos entran en la sala y toman asiento. el verdugo espera de pie junto a la silla. no piensa en nada, sólo espera.


cuando todo el mundo está preparado, entra el preso y todos le siguen con la mirada. el verdugo no. todos callan y el preso tiembla.


sientan al reo y el verdugo le coloca las correas. en las piernas, en las muñecas, en los tobillos, en la cabeza. y los electrodos.


leen la sentencia.


el verdugo activa la corriente y el preso muere tras unos segundos de sufrimiento.


es un trabajo duro, lo admite. pero son 14 pagas, un mes de vacaciones, puedas matar sin que te digan nada y a veces, sólo a veces, ligas con alguna de las testigos. un chollo.

la boda

por fin lo había conseguido. se iba a casar en una ceremonia que jamás olvidaría. llevaba tres meses preparándolo todo para que fuera el mejor momento de su vida y estaba convencida de que todo saldría bien. ¡qué momento, dios! su madre, claro está, había estado a su lado en todo momento y el vestido... el vestido era increíblemente precioso. no podía dejar de llorar de alegría mientras recorría el camino hacia el altar. como era tradición, los invitados hacían el pasillo para que los novios se acercaran al altar. él iba vestido de negro, ella de blanco y ello de azul. entonces, a la señal del maestro de ceremonias, el trío espongiforme corrió hacia el párroco, que no perdió la sonrisa mientras los novios lo devoraban usando dientes y garras hasta no dejar más que un giñapo sanguinolento sobre el suelo. la madre lloró de alegría y los invitados cantaron el vivan los novios ebrios de gozo

el hombre sin dios

un día, en la plaza del pueblo, se reunieron tres amigos. uno de ellos mencionó a dios, y se armó el belén. el mayor de los tres alabó a dios como se creador, como guía para su vida, como aliento para su alma... el mediano dudó sobre dios, sobre su labor de guía y sobre la capacidad de su aliento para animar su alma... el menor de todos afirmó tajantemente que no tenía a dios por alguien de fiar, ni siquiera por alguien que recordar, ni siquiera por alguien existente. los otros dos lo miraron incrédulos y le preguntaron: entonces, ¿a quién te encomiendas cuando todo va mal, cuando tus hijos necesitan ayuda, cuando el mal acecha tu casa y el demonio se mete en tu corazón? el hombre sin dios respondió sin dudarlo: a ¡¡cálico electrónico!! (http://www.calicoelectronico.com).

cómo matar a ismael serrano

no debe de ser tan difícil... digo yo. además, si nos lo montamos bien podemos hacer que tarde horas y horas en morir. propongo que lo atemos con alambre de espino y luego le pongamos dos columnas de sonido de mil millones de watios con una de sus canciones (da igual la que sea, seguro que ni él las distingue), hasta que le revienten los tímpanos. todo esto sería grabado en vídeo y publicado en internet, para escarnio de toda sus familia, antepasados y descendientes. ¿alguna idea más cruel?

lo que el cuervo pudo ver y no vio

era invierno y las chimeneas de toda la casa trabajaban a destajo, empeñadas en mantener una temperatura agradable en todas las habitaciones. cada trozo de madera esperaba ansioso su turno para dejarse abrazar por las llamas, que se comían el oxígeno como el hambriento devora el pan duro que le tiran por lástima. en la biblioteca, un libro abierto sobre el sillón, una pipa apagada y un montón de cenizas humeantes que cinco segundos antes fueron el cuerpo del Dr. Van Kampenhoudt. lástima que el cuervo no estuviera allí para verlo.

biografía del Dr. Van Kampenhoudt

...y murió a los 69 años por un yuyu raro por no sé qué que comió. su esquela salió en la Playboy, cómo no, y en su lápida reza el epitafio: "aquí va el epitafio".

el eco en el pañuelo

un espejo contra otro espejo y entre los dos una lágrima que se refleja una y otra vez hasta ser catarata de llanto. orquesta de percusión africana a su alrededor y una luna que ni crece ni mengua, sobrecogida por tan cruel espectáculo. en lo alto de la montaña observa quien nada tiene que perder porque ya lo perdió todo, sin pasado, sin futuro, apenas vivo. y ella se lleva el eco del llanto, del estruendo y de mi memoria envueltos en el pañuelo.

las gordas

las dos gordas remaquilladas y sudorosas bajaban por la calle agitando sus jamónidos brazos y castigando a todos los viandantes con sus grititos y jadeos. según mi fundamentada opinión, las gordas se agrupan en parejas en cuanto pueden. una gorda sola no aguanta mucho tiempo sin arrimarse a otra gorda de igual o superior categoría. estas dos estaban compenetradas, corrían a la par y agitaban sus moles con un sincronismo de medalla de oro.

cuando quise reaccionar era demasiado tarde. las gordas, a pesar de su exceso de masa corporal, son ágiles, rápidas e implacables. engañan a su presa con un aparente movimiento cansino, pero en pocos segundos están a tu lado jodiéndote.

así fue. en na’ y menos me placaron y arrinconaron contra la pared. la gente que vio su estudiado movimiento me miró con lástima. cabrones suertudos.

una de ellas llevaba una hucha postulante. la otra, una tira de pegatinas con el escudo de la Asociación Española contra no sé qué enfermedad mortal y sin cura. la de las pegatinas era la jefa, la que me quería convencer de la necesidad de mi caridad, pura bondad y carisma; la otra era el poli malo que me miraba como si mi esperada negativa fuera el equivalente a una orden de fusilamiento genocida contra el pueblo kurdo. no entendía nada de lo que decía. su voz de rata en celo se salía de la frecuencia que mi oído estaba habituado a soportar. tenía que huir, así es que recordé mis tiempos futboleros del instituto, amagué hacia la izquierda, las dos intentaron cubrir el hueco, y les partí la cintura con un giro inesperado que me llevó al espacio abandonado por la de la hucha, de ahí al paso de peatones y después a la libertad.

descubrimientos

cuando caí de mi árbol descubrí lo duro que está el suelo, y me cagué en to.

la vida a medias

cierra los ojos.
ahora abre uno, el que quieras pero sólo uno.

espera unos segundos.

...


...


falta algo, ¿verdad?
es la otra mitad de tu vida, que se te escapa.

lo difícil es hacer lo mismo sin cerrar ningún ojo.
y una vez que lo consigues ya no puedes dejar de hacerlo.

compras en la red

en internet puedes hacer de todo: chatear, trabajar, ligar, aprender, perderte, contar... no sé, de todo. también se puede comprar.

ayer estuve buscando una web en la que comprar una musa, porque la mía me dejó por otro. hasta que sucedió nunca habría pensado que una musa pudiera serte infiel, traicionarte y darte con la puerta en las narice. se supone que están para ayudarte, para inspirar con su mirada, con su aliento, con su simplemente estar ahí, con garantía de por vida, infalibles, etc. pues la mía se ve que petó, se cansó de mí y de mis paranoias, cogió su nube o lo que sea donde viven y flotó hasta otra mente potencialmente creativa. una mierda, en resumen, porque si a un escritor se le va la musa ¿qué le queda? pues os lo digo: rien de rien.

por eso recurrí a internet, desesperado. tras varias horas en google di con lo que buscaba, y vais a flipar, porque por tan sólo 99,95$ (más un mantenimiento mensual de 5, 95$ más primas por objetivos) puedo tener a mi lado a Calíope (supongo que no será ella, quizá una becaria, pero algo es algo) soplándome al oído... ¡un lujo! por pagar con transferencia bancaria me he ahorrado las dos primeras cuotas y en diez días la tengo en casa.

internet es la polla.

almería 2297

estaba yo ya muerto cuando pasó esto pero lo recuerdo como si fuera ayer... o mañana, no sé. os resumo: almería 2005 Juegos Mediterráneos, atentado brutal islamista, mueren miles de personas o más, guerra europa-usa contra moros, bombas y demás, conquistamos áfrica, la mitad de asia y marcamos las fronteras con burguer kings y puestos de kebabs regentados por occidentales.

bien, en esto que entra el año 2297. políticamente la cosa está bastante cambiada. inspirados por un relato de asimov, razonan que pa qué votar todos si un superordenador puede elegir al votante perfecto y qué él elija por todos... un ahorro en papeletas y cabinas de voto que hace que la economía se dispare. bueno, también influye el hecho de que el petróleo de todo el mundo es nuestro (digo nuestro e incluyo a los USA porque en este siglo todos somos uno, con tiranteces, pero uno) y los pobres del mundo pagan impuestos vendiendo sus órganos, idea estupenda que aumenta la esperanza de vida del mundo rico, que siempre viene bien.

el fútbol sigue igual que en el siglo XXI. 11 contra 11.

el sexo vuelve a estar de moda y bajan las ventas de emuladores del amor (las llamdas jincamáquinas del siglo XXII se convierten en objetos de coleccionista).

y lo más importante... almería es elegida (por sorteo) capital de la Unión de Naciones de Occidente... pa habernos matao!

lógicamente, a los dos días alguien mira los libromemories de historia y recuerda que almería fue el punto de partida para la superguerra brutal del siglo XXI, que quién ha sido el berzas que ha vuelto a elegir a almería para hacer algo así, y que no, que nos retiran la nominación y no veas que panzá de llorar...

El Dr. Van Kampenhoudt


Me gusta ese nombre, escribiré algo sobre él en breve, creo.

el hombre que no escribía

el hombre que no escribía decidió una mañana que iba a dejar de no escribir, esto es, que se pondría a escribir, porque, pensaba que tenía historias que contar, recuerdos que conservar y pensamientos que merecía la pena dejar para la posteridad.

compró una pluma, un tintero y unas hojas de papel y se puso manos a la obra. a los diez minutos lo dejó y se puso a ver Aquí hay tomate.

margin hada

el hada vivía cerca de la orilla del estanque, en lo más profundo del bosque, donde ningún humano osaría adentrarse por miedo a ser convertido en trasgo, quizá en un sucio troll, quizá en una triste piedra mohosa.

el hada vivía sola y monda, aunque no siempre fue así. siglos atrás, cuando las hadas, elfos, gnomos, náyades, ondinas y ninfas compartían el bosque, todo era felicidad, polvos mágicos y cachondeo, y el hada compartía su hoja de árbol con los demás, corría por entre las ramas con los gnomos y asustaba a los antipáticos faunos. era amiga de todas y de todos. pero un día el hada dijo que era del barça y el resto de seres mágicos la mandaron al otro lado del bosque, por culé.

la flor

agarré una flor sin nombre ni color y al llevármela a la nariz reconocí mi derrota, pues en su olor vi el malva y azul de sus pétalos, y de la sangre que sus espinas me robaron brotó un suspiro, tristeza por verme caído, sin voluntad ni aliento, fácil presa, alma en vilo.

y al alejarla de mi lado fui sólo una sombra sin voz ni camino.

la muerte del papa. reflexiones

y ahora qué. qué será de mi vida sin él. hasta donde mi memoria alcanza, él siempre ha estado ahí, en la tele, en la prensa, viajando... porque él ha viajado mucho...

a mí también me hubiese gustado viajar. su ropa no me gustaba, era demasiado... blanca.

era polaco. ha muerto el polaco más famoso. ya no queda ninguno famoso. debe de ser muy triste para ellos, los polacos.

y qué haré ahora sin el papa. es verdad que pondrán a otro, pero no será igual porque no lo conozco. no tenemos ese... lazo. es una pena. bueno no, la verdad es que me da igual. la pena realmente es que pongan a otro, porque si fueran gente seria, cuando el papa muere, se tendría que acabar todo. cerrar el vaticano y eso, y que las almas de la gente vuelvan a ser libres y tal. pero es que ponen a otro papa nuevo y otra vez todo se repite. utilizarán la misma ropa del papa muerto o será nueva? no sé.

el papa irá al cielo o al infierno? tampoco lo sé. dicen que era bueno, pero claro, eso siempre se dice de un muerto.

bueno, ya, la palmó. y a otra cosa, mariposa.

el zumbao

en las gradas del coliseo el público gritaba con una sola y potente voz el nombre del aspirante al título. el árbitro ya estaba encima del ring, vestido de negro y blanco, en un segundo plano, junto a los boxeadores, a la espera de las palabras del presentador del combate. éste era uno de los protagonistas del acontecimiento porque hablaba muy rápido, subía y bajaba la voz como cantante de ópera y se llevaba más aplausos que los púgiles. una pasada de presentador. se acercó al micro y sonrió. los miles y miles de espectadores contuvieron sus vítores en espera de sus palabras. entonces habló, con voz de pito: "me cago en la puta madre que os parió, a todos, hijos de puta." el silencio se volvió tan espeso como la mierda de perro recién defecada, y casi olía igual de mal. el presentador bajó del ring y tranquilamente subió las escaleras de un lado de la grada, sin prisas, seguido por la atenta mirada de los miles y miles de fans del boxeo que seguían guardando silencio. el presentador alcanzó la puerta, se volvió, sonrió y salió del pabellón. nadie se movió de su sitio. el silencio se volvió murmullo, el árbitro dio la orden y el combate comenzó.

la cola

el anciano salió a pasear, como cada mañana. pasó por el parque donde los niños imaginan que ya son mayores y donde los mayores recuerdan sus tiempos de niños. paseó por la alameda y se detuvo a charlar con el barbero, con la pescadera y con el afilador. en el bar pidió un pacharán y después tomó la calle mayor. al poco, vio la cola. una fila sin fin aparente ocupaba la acera izquierda y parecía dar hasta tres vueltas al edificio del Ministerio. toda aquella gente esperaba para cruzar la centenaria puerta de metal y hacer quién sabe qué trámite burocrático en las oficinas del Gobierno. se detuvo, asombrado, y se fijó en la gran variedad de personas que hacía cola. ancianos, jóvenes, hombres, mujeres, incluso algún niño esperaban pacientemente su turno.

junto a la puerta esperaba un funcionario. quizá harto de repetir siempre lo mismo, tomaba el impreso que cada miembro de la cola llevaba enrollado, doblado, encarpetado o simplemente agarrado, lo miraba, preguntaba algo que desde allí no se oía, y hacía pasar al hasta ese momento primero en la cola a una estancia alejada de la vista de todos. justo en ese momento le llegó el turno a un chico de unos dieciséis años. parecía nervioso y cuando el funcionario alargó la mano para coger su impreso, el chaval dio un paso atrás y se salió de la cola. atravesó las tres filas y se detuvo frente al anciano, lo miró y le dio el impreso, "no puedo", le dijo, y se fue corriendo calle abajo. el viejo lo siguió con la mirada hasta que el chico giró en una esquina y luego se concentró en el papel. lo leyó atentamente, varias veces y tras meditarlo unos segundos se dirigió al último puesto de la cola, con decisión y la solicitud de sucidio bien agarrada entre sus manos.

otra de bomberos

su padre era bombero, y el padre de su padre, y el padre del padre de su padre, y así hasta donde el recuerdo se convierte en leyenda... él, por supuesto, era bombero y su hijo también lo sería, porque en ciudad Bombero todo el mundo era bombero, o lo había sido, o iba a serlo, hasta que un día se acabaron los incendios y todos se quedaron sin trabajo. Una pena.

al carajo

despertamos dentro de un coche apestoso. olía a rancia pota nauseabunda (olía muy mal), los asientos estaban pegajosos. ¿dónde estábamos? me asomé por la ventanilla, amanecía y fuera había miles de personas gritando, medio desnudas y notablemente ebrias (ver "como una cuba"). al carajo, pensamos, y seguimos durmiendo hasta que por fin despertamos en nuestra cama.

el bombero

el bombero vivía en la quinta planta, encima del vendedor de seguros, y éste a su vez sobre la fulana que pisaba el techo del boxeador retirado reconvertido a matón, y bajo sus enormes pies vivía yo con mi perro Karaculo. en el bajo había una tienda cerrada. en los diez años en los que sobreviví en aquel cuartucho jamás vi a nadie vender ni comprar nada en aquella tienda, siempre estaba cerrada, y su dueño no parecía tener intención alguna de preocuparse por el negocio.

un día, no recuerdo en qué año, el vendedor de seguros se quiso suicidar. al parecer se había enamorado de la fulana y ésta, muy profesional, le había rechazado con un "yo sólo sexo". vendía su cuerpo, no su corazón, y el vendedor, que además pasaba por una mala racha de ventas, dedidió dar el gran salto hacia la calzada. según me contaron, porque yo no lo vi, el vendedor estaba gritando en su balcón, medio cuerpo dentro, medio fuera, cuando el matón, antes boxeador, se asomó al suyo para mandar a la mierda al psicópata que le estaba fastidiando la siesta. entonces vio la escena: el vendedor en gallumbos a punto de tirarse por el amor de la fulana, la fulana asomada con un cigarro encendido y riendo, la muy puta, y en mi balcón, Karaculo ladrando sin ton ni son.

...

¿y el bombero?

el bombero estaba muy muy lejos de allí, al otro lado de la ciudad, apagando un fuego, que para eso le pagan.

super

recorrió la atmósfera terrícola en unos segundos dejando tras de sí una estela negra que rodeó el planeta. desde entonces el superpedo de supermán se convirtió en el anillo de la Tierra.

el camión y la hormiga

quizá ella estuviera esperando a que él dijera algo más, pero se tuvo que contentar con su silencio. salió del coche y se tiró contra el camión de tomates que venía en sentido contrario. los pájaros observaron atentos la escena y luego divulgaron la noticia por todo el bosque. la hormiga Miga se enteró mientras llevaba una enorme hoja al almacén. en su pequeña mente no cabía la comprensión y despreció la información para seguir su camino hacia el hormiguero.

bajo la cama

bajo la cama encontré el recuerdo que estaba buscando, y al verse visto correteó hacia la esquina más oscura que pudo encontrar en mi memoria.

"este es mí ultimo a dios"

ella escribió la nota de sucidio a su manera, a su estilo, sin pensar en hacerlo bien, que bastante tenía ya con matarse sin fallar, era novata en tales lides. y tan mal lo hizo que los periódicos atendieron más a sus faltas de ortografía que al propio sucidio...

el otro día

el otro día salí a la calle y todo el mundo estaba desnudo. al ver que yo iba vestido no pude evitar sonrojarme, y salí corriendo sin saber adónde ir, y tras correr durante horas, tan cansado estaba que me dio igual estar vestido y me senté. y así sigo.

soy un mp3

esta mañana me he levantado y soy un mp3. en el pasado, ayer, era un ser analógico, con matices distinguibles en una gran gama de frecuencias, hecho de olas sonoras llenas de mil formas, todas nuevas y a la vez familiares. esta mañana me he levantado comprimido, ocupo una décima parte de lo que antes y mi espíritu se ha vuelto binario. me he dado tanto repelús que me he tirado de cabeza a la papelera de reciclaje.

no es noche de flirteo

está apoyada en la pared, y su amiga le habla al oído, y gesticula. pasa de todo, mira al suelo, a su copa, a la copa del de al lado y al espejo que hay detrás de mí, y del espejo pasa a mi copa, de mi copa a mis manos y luego sube hasta mi cara y me mira. yo sonrío y ella hace como que no me ha visto y se vuelve hacia su amiga, de nuevo interesada, falsamente interesada. entonces yo me voy porque paso totalmente de hacer el tonto esta noche, además de que a las 4 empieza la fórmula 1 y no hay tía que me haga dejar tirao a mi alonsitooooooooo!

el fin del mundo

para mí el fin del mundo será en lunes. cuándo iba a ser si no, un puto lunes.

vampiros

el vampiro común es un ser que un día fue humano pero que ya no lo es porque tiempo atrás alguien le transmitió el mal que le hace vivir eternamente, huir de la luz y de los hombres, si no es para beber su sangre. además de a la luz, son alérgicos al ajo, al agua bendita, a las cruces y a las estacas de madera clavadas en su pecho. tiene puntos débiles y eso lo hace fácilmente destruible.

por el contrario, el vampiro hispánicus es duro de cojones. en primer lugar, no hace falta que nadie le contagie el mal, no. el vampiro hispánicus se hace porque le da la gana. un día está en casa viendo un partido de segunda, jugando al mus o tragándose el programa de AR cuando, sin venir a cuento, decide ser un auténtico vampiro, y de los peores. entonces sale a la calle y va a tu casa, sin más, sin avisar, porque cree que eres su amigo, no sé, porque sí. toca a tu puerta, entra en tu casa y entonces ya no puedes hacer nada, porque al vampiro hispánicus nada le hace mella. el ajo se lo pimpla con el pollo frito que acabas de cocinar, el agua bendita se la traga en forma de cubitos con tu mejor ron miel, las cruces le dan risa y las estacas... ¿quién tiene una estaca en casa para probar con las visitas? entonces ya no hay marcha atrás, porque, si no lo sabes yo te lo digo, el vampiro hispánicus, una vez decide que eres su víctima, no se va tu casa hasta que no ha acabado con tu despensa y de paso con tu salud mental.

temed, temed y orad, y guardad alguna que otra conserva bajo la cama, por si acaso.

os lo dice una víctima escarmentada.

el encargo

escriba, señorita: muy señor mío... no no, quite eso, mejor estimado señor... estimado señor secretario de organización, dos puntos. le hago llegar esta carta con motivo de... señorita, ponga secretario y organización con mayúscula, que es un cargo importante, de alta responsabilidad, usted sabe. continúo. le hago llegar esta carta con motivo de su solicitud, recibida en las oficinas de la calle manuel azorín en fechas recientes, en la que nos solicitaba... señorita, quite solicitaba, ya lo puse antes, cámbielo por nos encargaba, eso, nos encargaba la construcción de un extraño artefacto sin utilidad aparente según unos planos muy detallados que usted mismo nos facilitó para tal fin. punto y aparte. en la presente, pues, le anunciamos la finalización de dicho aparato, que se encuentra en nuestro almacén principal y que podrá recoger en cuanto estime oportuno. atentamente suyo, mariano cifuentes, ingeniero. ¿lo tiene señorita?

...

2 am. alguien toca a la puerta, ve a abrir. ¿había quedado alguien en venir hoy a recoger algo? no, nadie. hola, soy...

jurar para nada

se fueron y me dejaron solo, atado de pies y manos, con el último disco de david civera a toda caña y en repeat all... entonces juré que tras mi muerte volvería para matarlos a todos con una navaja albaceteña, oxidada y sin filo. y al llegar al infierno y pedir poder cumplir con mi deseo, me dijeron que no, que eso sólo pasa en las películas y que cogiera mi uniforme, mi pico y mi pala y a cavar más infierno, que casi no cabemos...

y punto

el juego era sencillo. había que conseguir andar por encima de un muro sin caerse. si caías perdías y además sufrías dolores indescriptibles. a un lado había un jardín de afilada ironía, putrefacto cinismo y venenosa hipocresía; al otro lado, odio en estado puro, asco y perfidia. y mientras andabas sobre el muro, gritos y llantos te atacaban por ambos lados, y por dentras, y desde arriba caían rayos y lágrimas, y los oídos se llenaban de insultos, de sapos y gritos de almas desgarradas.

pocos consiguieron pasar la prueba sin caer y perder la razón o la vida. yo llegué al final del muro, vencí, me gané los aplausos, y al final, recibí el abrazo de la muerte, que me esperaba con sus mejores galas para darme el premio deseado, un fin sin más, un fin con punto y final.

en el Rastro

la primavera estaba llegando pero a esas horas tan tempranas el frío todavía no se dejaba vencer. como todo el mundo sabe, en Madrid el día llega con retraso pues ha de saltar el muro de edificios que la rodea y, si no puede, tiene que colarse por entre las calles, como un vulgar ladrón; por eso, a pesar de que había amenecido una hora antes, ante sus ojos fue en ese preciso momento cuando se hizo el día, y con él llegaron los hombres y mujeres que cada domingo le traían su Rastro, porque para ella, el Rastro era solamente suyo.

sobre tus huellas

"sobre tus huellas camino para no perderme, vuelvo a casa, y con cada paso me acerco más a lo que fui".

Karlos Arguiñano, cocinero.

en esta etapa de su vida, el ya difunto arguiñano dejó de experimentar con ingredientes asiáticos y volvió al marmitaco de toda la vida.

Iker Atina, crítico gastronómico.

la batidora

metí la cabeza en la batidora. es de esas con un vaso de plástico transparente y una tapadera, que cuando haces un zumo lo ves girar y girar, ves el proceso fruta-masa irreconocible-zumo, y tiene una base con un interruptor (con + y -, para meter o quitar caña); como las de las pelis yanquis... la metí para dejar de oír los gritos de mis vecinos, a sus hijos corriendo por las escaleras, el murmullo motorizado de los coches, el viento en las hojas de mi árbol, el helicóptero de la policía, la música de mi compañera de piso, la bombilla que explota sin avisar, mis pensamientos y sus hijas las conclusiones, los ácaros del polvo cotilleando sin parar cerca de mi oído... y con la cabeza dentro de la batidora me dormí placidamente hasta que me despertaron mis propios ronquidos.

esto no es matrix

si estás en matrix, donde todo es más falso que una moneda de tres pesetas, enchufas la tele y ves que el madrid golea a la juventus y sigue adelante en la champion... y por un momento te lo crees porque eres bobo pero, putada, eres un pringao del madrid y algo dentro de ti te dice que ni de coña, que estás en un mundo virtual en el que figo se va de todos, raúl no ha muerto todavía y ronaldo suena como un ferrari cuando pasa por tu lado. cagontó, ¿por qué cuando pudiste no elegiste la pastilla verde y, ya puestos, por qué no te hiciste del masocatlético de madrid?

truco para saber si estás en matrix o no: en el mundo real el pollo sabe a pollo y las patatas fritas se churruscan con el aceite cuando las dejas demasiado tiempo y te lo pimplas todo porque no tienes nada más para comer; en cambio en matrix pasa lo mismo sólo que el pollo te lo comes en la primera parte y las patatas quemadas las dejas para la reloaded, que es cuando neo vuela y se flipa más.

filosofía de baratillo (I)

la vida es como la nocilla de dos colores: hay partes buenas y otras menos buenas, pero la mezcla tiene un punto exótico (servir entre dos panes) - el amor es lo que tiene, que a veces sale mal y otras peor, y cuando sale bien no es a ti - qué putada, pero más se perdió en Cuba (esto vale para todo) - dos tetas tiran más que dos carretas (esto no es filosofía, es un hecho del día a día)...

muerte dulce

pasaron los años y ella siguió congelada bajo el puente, encogida como un ovillo, esperando el deshielo como quien espera que el barça remonte el partido contra el chelsea (4-2).

acto III

el actor entró en el camerino con una botella de cerveza en la mano, en la boca un cigarro a medio terminar y en el bolsillo una carta de amor de un amor desgastado. era la primera en meses, con faltas de ortografía y olor a perfume barato. ya saben, arrepentida, declaraba su amor incondicional, le daba su cuerpo y su alma (o su alma y su cuerpo), eterno, ausencia, aliento y ansiedad, posdata: llámame. y la llamó para olvidar que nunca podría volver a amarla.

de canto

el otro día salí a la calle. fue algo excepcional. no acostumbro y se me hace raro ver caras desconocidas, coches, cielo, un niño que grita, el muñeco de la heladería, en fin, se me hace raro.

no tener un techo sobre la cabeza ni una pared en la que apoyarme me acojonó nada más salir del portal de mi edificio. creo que algún viandante lo notó y me miró como quien mira a un mandril que acaba de escaparse de su jaula, tiene hambre y lleva dos meses sin fornicar. y la verdad es que menos en la especie habría acertado en todo.

paseé algo desorientado por la acera hacia un banco; sería mi primera parada. luego oí un estruendo al final de la calle, gritos y gente correr, me giré y me encontré con lo siguiente: una moneda de diez céntimos del tamaño del santiago bernabéu venía hacia mí rodando, aplastando coches, gente y asfalto a su paso.

ves, pensé, si salir a la calle no va a ser tan bueno. la moneda pasó a mi lado, dijo hola (en serio), y se fue Fuencarral abajo, camino del Madrid Rock, que está de liquidación por cierre, pensé, pero tan baratos no están los cds, y me volví a casa.

el más grande

el pedo más grande se lo tiró el kiko y fue tan brutal que los demás dejamos de ventosear durante al menos una semana... qué gran pedo, digno de un maestro. desde entonces todo es diferente y al kiko le hablamos de usted.

game over

cuando todos estuvimos muertos, dios sonrió y fue corriendo a contarle a los demás que por fin se había pasado la última pantalla de su juego favorito.

balbuceo incoherente

balbuceo a todas horas. me levanto con un ligero balbuceo que conforme llega la consciencia, el olor a café y mi erección matinal se convierte en un balbuceo profundo, rayano en la subnormalidad indecorosa... es entonces cuando despierto del todo y me preparo para ir al trabajo, balbuceando sin cesar, regodeándome en mi balbuceo hasta reírme de mí mismo sin saber por qué me río.

en el metro procuro no hacerlo. la última vez que balbuceé una señora se me acercó y me dio una moneda de cinco céntimos, así es que decidí no balbucear más en público, al menos hasta perfeccionar la técnica y quizá, si hay suerte, recibir un donativo más suculento.

en el trabajo me dejan balbucear todo lo que quiero pero temo que mi jefe me largue pronto porque, según palabras textuales, "últimamente, amigo y compañero, su balbuceo se ha vuelto un tanto incoherente y los demás compañeros, incluido el señor subsecretario, empiezan a hablar de usted con menos respeto del que se merece".

pa una cosa que creía que se me daba bien...

de pared a pared

y yo le digo mil veces que no y ella me responde con su jeta de ladrillo, reverberan mis palabras y en su regreso se deshacen gastadas a medio camino entre eco y olvido, y si las oigo llegar, a mi plin, que con el granito puede el mármol y, bueno, ya se sabe que a palabras necias... ¡rebota rebota que tu culo explota!

la voz dormida

lira sonaba al hablar como las patas de una mosca contra una manzana. su voz decía pero nadie la podía oír. si te acercabas a sus labios, si acaso sentías cosquillas, un tímido soplido que te sacaba una sonrisa y detrás un "qué?", y encima se enfadaba. entonces gritaba y gritaba hasta ponerse colorada, indignada con su voz dormida y con los poco competentes tímpanos de sus amigos. ¡y qué podíamos hacer nosotros si lira no tenía cuerdas!

el telesférico

me gustaría pensar que más tarde o más temprano alguien encontrará la manera de construir un teleférico entre mi sístole y tu diástole.

remembranzas

hacía tanto tiempo que no salía de juerga que no recordaba lo bien que se duerme al volver y lo mal que se siente uno al despertar. esta vez la balanza fue positiva, el sueño superó a la resaca. y no ligué, como siempre.

mi silla nueva

mi silla es azul y tiene cinco patas. gira cuando yo se lo mando y me deja apoyar los brazos sobre los suyos sin apartarlos, al contrario de lo que hacías tú... pongo mi orondo culo sobre ella y lo agradece con un crujido, sin rechistar, sin gritos, sin malas palabras, porque mi silla calla, no como tú... y giro hasta marearme, sin parar, y mis ojos quieren salirse de sus órbitas, mareados, y me agarro a mi silla, que jamás me abandonará...

miro por la ventana que no tengo

y veo luces que no alumbran, y sombras que no temen a la luz...

Epílogo al Centolapario

Todo lo que empieza termina y este es el momento de acabar lo que comenzó hace ya un huevo de tiempo... porque ya se sabe que a todo lapo le llega su sanmartín, o se queda sin baba, que es el caso.


No obstante,

quizá nos veamos pronto en otro lugar...

Qué tal en memolomazo.blogdrive.com? o en asaltodemata.blogdrive.com? o en tecaitesdelatapia.blogdrive.com? o en desdemizulo.blogdrive.com? o en...

quizá quede por hacer un lapomental101...

M.


Lapo mental 100





FIN

Lapo mental 98

Había una vez un niño que vivía a su bola encima del gran árbol. Allí pasó sus primeros veinte años. Día tras día sobre la gran copa del gran árbol, el niño crecía casi sin darse cuenta. Al despertar el primer día de su vigésimo primer año, sentenció: "vaya coñazo", y se comió otra manzana.

Lapo mental 97

Ahora que soy mayor, más abuelo que nieto, me doy cuenta de la suerte que tuvimos mi hermano y yo al poder pasar esos largos y pegajosos veranos en casa de la abuela Lola, lejos de la ciudad, lejos de mis padres, rodeados de madera vieja, altos techos e historias, porque la abuela tenía la cabeza llena de historias... Cada día, después de comer, nos sentábamos en el salón, mi hermano y yo en el suelo, mi abuela en su eterno sillón de orejas, que olía a recuerdos y crujía como sus propios y jubilados huesos. Cada día una historia y cada noche un sueño, y al despertar un desayuno increíble.
Un verano dejamos de ir a la gran casa y al año siguiente ella murió. Desde entonces no he vuelto a soñar.

Lapo mental 96

DIALOGOS QUE NO VEAAH

Escena IV

De noche, luna llena, alguna nube, frío playero, en el parque Nicolás Salmerón, Almería, España. Gente bebe y ríe, murmullo de fondo. Dos Amigos, vaso en mano, filosofan a su bola.

El Amigo 1 es rubio, alto, viste pijo y lleva el pelo con un pequeño tupé engominado, un aro en la oreja izquierda y un anillo en el dedo gordo de la mano derecha.

El Amigo 2 es igual que el Amigo 1 pero moreno (no es por simplificar, es que es así).

Los plurales van sin ese, se abren las vocales, otras palabras tampoco terminan (indicado con "h").

AMIGO 1: Poh a mí me suda la polla lo que diga el Riky... (bebe de su copa).

AMIGO 2: Poh si yaaa (bebe de su copa).

AMIGO 1: Eh que no veah, joder, poh si yo le dije que no le dijera na a la tonta de su novia, ¿no veh que eh máh tonta queún bocao en la polla? Eh imbécih. (bebe de su copa).

Pasa una chavala y su amiga. Es guapa y lleva la ropa ajustada. Al pasar por delante de los Amigos se le oye hablar con la amiga.

CHAVALA: Sii hooombre, con ese imbécih no quiero naa... eh tontico. ¿Koraeh, Trini?, que si llego tarde mi padre mehcalabra.

AMIGO 2: Ta buena esa eh. (bebe de su copa).

AMIGO 1: Jaajaja, jue, sí, me la follaba sin lavar ni na. (bebe de su copa).

FIN (bebe de su copa).

Lapo mental 95

La triste historia de un triste hombre que estuvo en un tris de ser feliz


Este es el típico título que te jode el final, porque todo el mundo sabe nada más ponerse a leer que el protagonista, el triste hombre, tan triste que ni un triste nombre tiene, cruel autor que ni nombre pone a su literaria víctima, qué poco respeto, pensará el lector y así es, porque ningún ser, real o imaginario, merece el catigo de vivir sin nombre...

... decía, antes de desvariar, que con sólo leerlo ya sabemos que el triste hombre sin triste nombre vivirá una historia llena de obstáculos, de malos momentos, cruel autor... ¿por qué está triste ese hombre? porque el autor no hace más que fastidiar todo lo que el pobre hombre quiere hacer. No encuentra trabajo, no se enamora, no se enamoran de él... ni siquiera su equipo de fútbol gana un simple partido amistoso... ¡en un tris de ser feliz!... se me vienen a la cabeza mil torturas que infligir en las carnes de tan desalmado autor, infraser que dedica su tiempo a hacer sufrir a su triste hombre, página tras página, capítulo tras capítulo... ¿qué pasará por la cabeza de ese imbécil? ¿qué le lleva a ser tan malvado? ¿acaso no tiene sentimientos buenos, no ama, no tiene amigos, su padre le sodomizaba de chico, no folla?

... ¡hijo de puta!, si me estás leyendo, que sepas que no pienso leer tu puto libro. Espero que vosotros tampoco, amigos.

Lapo mental 93

Al princio éramos diez. Ahora sólo quedamos tres en el ático y otros dos en la segunda planta. Los muertos están en el congelador de la quinta. Ayer oímos ruidos en la cuarta pero resultó ser una rata. Es curioso, cuando todo era normal las ratas no se atrevían a acercarse tanto a los hombres. Ya no nos temen. Esta mañana hemos vuelto a echar a suertes y me ha tocado ir de caza. El truco está en estarse muy quieto para oír cualquier ruido y así no coincidir en las cocinas con los de la segunda planta. Esta noche pensaremos qué hacer cuando se acabe la comida. Ya queda poca pero nos resistimos a salir del edificio. A veces hay disparos. Los oímos pero no vemos nada. No nos atrevemos a asomarnos a las ventanas. Afuera puede haber alguien apuntando. Creemos que los de la segunda planta se han ido esta tarde. Más tarde o más temprano tendremos hacer lo mismo.

Lapo mental 92

Ya los daba por perdidos. Abandonados en el ciberspacio algunos, otros cogiendo polvo binario en un disco duro muerto, otros en algún correo electrónico de algún antiguo compañero de trabajo... Son los relatos de Ana. Bueno, no todos, sólo los que el maestro Pelayo guardaba en su casa, quizá esperando que algún día fueran valiosos por ser obra de un servidor, futuro premio Blaneta, Madal o Fervantes... Aquí los dejo, fruto de momentos de tensión, escritos huyendo de la mirada acusatoria de mi superior en horas de trabajo, algunos a papel para huir de la censura... "Ana fue un personaje vital en su carrera como escritor", dirán...

Ana en la fiesta del cole

Al final de curso siempre hay una fiesta en la que los de último nivel sacan dinero para su viaje de estudios. Ana nunca había ido a la fiesta. Siempre había sido muy pequeña y su madre no le dejaba ir, pero Ana tenía ya 12 años y por fin su madre había entrado en razón.

Lo que la mamá de Ana no sabía era que la niña había decidido dejar en la fiesta su virginidad y volver a casa hecha toda una mujer. Aún no había pensado quién la iba a cambiar de status sexual y la verdad es que no le importaba mucho. Cualquiera le serviría. Al fin y al cabo una polla es una polla y no había más que encontrar una voluntaria que quisiera hacer los honores. Y tuvo suerte, porque aquella noche vio más pollas que estrellas en el cielo…


Ana y la Semana Santa

Ana estaba feliz. La Semana Santa se acercaba y eso significaba que no tendría que ir al cole. Unos dias de tranquilidad sin la pesada de su profe Amalia, que siempre intentaba meterle mano cuando tenía clase de gimnasia, y la miraba con los mismos ojos de su perra Carrie cuando está en celo.

Lo mejor de Semana Santa eran los roscos de su abuela. Todos distintos, blanditos y recubiertos de azúcar que la viejecita rayaba hasta dejarla fina finísima.

Le encantaba ver cómo su abuela hacía los roscos, paso a paso, despacio y con mucho cariño. Disfrutaba viendo cómo empolvaba la masa con el azúcar y, cuando su abuela no miraba, metía el dedo en el tarro para llevarse a la boca ese dulzor que prometía ser infinitamente mejor cuando los roscos estuvieran terminados.

Nadie en la familia conocía el secreto de los roscos de la abuela. Sólo Ana. Porque la niña había visto cómo la abuelita pasaba el mortero por su coño antes de machacar las almendras.



Ana y la cerilla

Ana no era pirómana pero, como a todos, alguna vez le daba por disfrutar de la belleza embelesadora de una llama. Una tarde sin cole se tropezó con una caja de cerillas que su madre guardaba celosamente bajo llave en un cajón de la cocina. Casualmente la llave estaba en el bolsillo del vestido de la niña y al rato, con no mucho esfuerzo, la caja de cerillas también.

La llama no tenía por qué ser exagerada. Ella no pretendía provocar un incendio, al menos no antes del verano, cuando todo prende mejor y el barrio entero sería mejor pasto de las llamas. Sólo quería hacer una hoguerita pequeña en casa.

Para ello necesitaba cosas para quemar. La peluca rubia de su madre fue su primer objetivo. Lugo le tocó el turno a la pata de madera de su abuelo, la teta postiza de su abuelita, el pollón de goma orgánica que su padre usaba para suplir sus deficiencias sexuales en la cama…

Lo juntó todo en un montón en medio de su habitación e hizo saltar la chispa que prendió a la cerilla que llevó la llama hasta la peluca que originó el fuego que quemó la madera que derritió el pollón que dejó en el suelo una bonita marca en forma de corazón que la madre de Anita jamás pudo quitar y que sólo arrancó el incendio oficialmente no provocado que carbonizó el barrio bien entrado el verano…


Ana y la grapadora

Ana lo pasó fatal cuando “sin querer” grapó a su hamster contra la pared de su habitación. El bicho chillaba como si se le fuera la vida, y es que se le iba, porqu la niñita había acabado la tira de grapas perforando el pelaje blanco del roedor hasta convertirlo en una masa sanguinolenta que espasmódicamente palpitaba pidiendo en cada convulsión un perdón que nunca llegaría.

La razón para tal atrocidad descansaba en el siguiente principio: “si te comes mis galletas, te grapo a la pared”, idea madurada por Anita después de muchos años de reflexión y que había tenido que poner en acción dado que el puto ratón se había zampado sus galletas con fresa. De todas formas Ana lo pasó mal al ver morir al bicho, casi lloró por su pérdida, pero peor lo pasó cuando se dio cuenta de que se había quedado sin grapas para su trabajo del cole sobre la masturbación femenina.

Lapo mental 91

Las Aventuras de SuperLadilla

¿Cómo es posible que entre tanta ladilla común surja una que destaque sobre las demás? ¿Cómo puede ser que una de ellas de ese paso evolutivo que la convierta en otra cosa, en otro ser, en una SuperLadilla? Fácil, SuperLadilla, cuando todavía no era una ladilla con superpoderes, recibió unas ondas chungas que le dieron en to los morros durante unos segundos, tiempo suficiente para que su metabolismo ladillero mutara y adquiriera los superpoderes que tanto molan.

Esto ha sido un flash-back, porque en realidad SuperLadilla lleva ejerciendo como tal desde hace meses, salvando ladillas comunes de insecticidas maléficos, llevándolas de un pelo púbico a otro con su superfuerza y su supersalto que casi es vuelo pero no llega porque no da pa tanto. Todas las ladillas la adoran, menos una, claro, la ladilla mala, porque todo superhéroe tiene su némesis, su sombra porculera, su Archienemigo, y el de SuperLadilla es Pelopotrón, la ladilla inmune al insecticida y que es capaz de doblar pelopos casi sin esfuerzo y que es odiada por todas las ladillas porque es fea, le huele el aliento y tiene mal perder.

Aclaración
Superladilla y Pelopotrón sólo se han visto una vez, y hubo sexo, claro, que ya se sabe que del odio al amor hay un paso, y del amor al catre, un dejarse caer. Y de su odio hecho sexo nació una ladilla mitad Super mitad Chunga, mala de día, buena de noche, no sé, mixta, a medias, ni sí ni no, ni fu ni fa, ambigua a más no poder, toda dudas, esquizo, qué mala suerte.

Aparte de eso, entre Superladilla y Pelopotrón reina la envidia, los celos y la mala leche, y se odian a muerte.

Aquí vendrían unas cuantas aventuras de Superladilla salvando más gente ladilla, haciendo el bien y eso, y algunos actos poco éticos de su enemigo, puteando a las ladillas buenas, a sus hijos y a los hijos de sus hijos, por joder.

Continuará...

Lapo mental 90

Lo que más le gustaba era agarrar el cuchillo y buscar la mejor parte, blanco y carmín, la mezcla perfecta. Y así lo hacía cada día al volver del trabajo. Subía las escaleras sabiendo que él la esperaba impaciente sobre la encimera, colocadito en su guillotina, ansioso como ella por sentir el cuchillo, hambriento de filo y generoso de sabor. Meter la llave, girar y casi oler su salado aroma, y correr hasta la cocina y quitar con mimo el paño... manjar divino, su droga, pensaba, y cortaba sin cesar, mudo el jamón, feliz, como ella.

Para Tania.

Lapo mental 89

"Me miró a los ojos como nadie me había mirado nunca antes, y se arrastró hacia mí, como herido, medio muerto y sin más esperanza, toda ella gastada en tiempos que ya son recuerdo. Di un paso atrás sin pensar y mi espalda dio con el frío espejo, me volví y vi un rostro que no era el mío, o quizá sí, quizá estuviera tras el miedo que me había cambiado por momentos, quizá."

Estracto de "Marco contra el calcetín de Julián III, the revenge".

Lapo mental 88

A la mosca le dolían los pies una barbaridad. Y es que claro, había estado paseando durante horas por aquel enorme sofá y no estaba acostumbrada a hacer tanto ejercicio, porque ya se sabe, las moscas, si pueden, van volando a todas partes, que el andar no se hizo para ellas. Y eso era precisamente lo que sus amigas le decían cuando la encontraban yendo de un lado para otro sin usar sus prácticas alas. Al principio todas pensaron que sería algo temporal, que la mosca paseaba por hacerse la rara y llamar la atención, pero cuando pasaron los días y seguía sin volar, estuvieron de acuerdo en que se había vuelto loca de remate.

Mientras sus compañeras de casa atravesaban las habitaciones en un segundo, ella tardaba todo un día en cambiar de sala, cansada y con dolor de pies, pero satisfecha. La mosca estaba loca, pensaban, y algo de razón tenían, puesto que en su pequeña cabecita llena de ojos y antenas había nacido una idea que nadie consideraría de mosca cuerda, sino fruto de una mente desequilibrada: la mosca quería evolucionar, como habían hecho los hombres bajando del árbol, y convertirse en una supermosca de largas piernas y fuertes brazos, como los hombres a los que tanto temía. ¡Qué flipada!

Lapo mental 87

Un sueño de Frodo

"Pues en mi sueño me veo desnudo en un lago, con el agua hasta la cintura. Sam está en la orilla con un carrito de la compra del Eroski y grita "mira mira, el atún está de oferta". Entonces no sé por qué pero ya estoy vestido, llevo un tutú y una malla blanca y Gandalf me está contando algo de no sé qué de ir juntos a un viaje y me toca la pierna y me mira raro, y Sam aparece con un hacha ensangrentada y me habla con la voz de Bertín Osborne: "Frodo, eres mi estrella" y entonces me despierto sudando en una cama, pero el sueño sigue y por lo visto alguien ha pintado mi casa de verde y violeta y me enfado mucho pero como no sé quién lo ha hecho me enfado más todavía y lloro. Entonces saco el anillo del bolsillo y me lo como con chocolate".

Lapo mental 86

Las mejores cosas que me han pasado han venido mientras dormía, y nunca las recuerdo. No son sueños, aunque aparecen como tales, y cualquiera, yo mismo, diría que lo son. Son verdad, son mi vida sin tropiezos, sin tomas falsas ni colesterol, es la vida que debí vivir y que escribo en mi diario, porque allí celebro mis no cumpleaños y nadie sopla mis velas sino yo.

Lapo mental 85

Cuando despertaron, la cucaracha muerta todavía estaba allí.

Lapo mental 84

Las campanadas llegaban apagadas por la doble capa de cristal de la ventana. Seguro que Ramón García y Ana Obregón hacían el bobo delante de millones de españoles; perdido ya el sentido del ridículo, este par de momias se atreven a todo, pensé. Aburrida, hice coincidir el sonido del badajo con chorros de vaho de mi boca con los que rompía el frío que me daba en la cara sin compasión. Sonó la última y comenzó el año nuevo. Aplausos, besos y abrazos. Abajo, algunas personas salían del edificio, vestidas de punta en blanco, achispadas por el vino y el cava, con ganas de pasar una buena noche. Una rubia miró hacia arriba y no sé cómo, me vio, y sin llegar a creérselo del todo, hizo que sus amigos también me miraran. Debe de ser impresionante ver a una señora mayor, entrada en carnes y medio desnuda, entrar en el nuevo año sentada en la cornisa de una ventana. Debe impresionar, pensé, y la situación me sacó una carcajada que sólo yo oí. Agarré mi copa de vino y brindé en mi honor mientras abajo mis vecinos seguían gritando no sé qué.